miércoles, 24 de diciembre de 2014

Tres ex hombres de los Castro hablan de la nueva era Cuba-Estados Unidos

Por Pedro Schwarze
Publicado en La Tercera el 21 de diciembre de 2014


Deben ser los tres grandes desertores que ha tenido el régimen cubano, si acaso ese término puede aplicarse a un ex alto funcionario civil y a un intelectual. Por eso su opinión sobre el anuncio del histórico cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba y la decisión de Raúl Castro de abrirse al diálogo con Barack Obama resulta tan relevante. Se trata del general Rafael del Pino, del escritor Norberto Fuentes y de Alcibíades Hidalgo, el ex secretario político de Raúl Castro.Los tres viven actualmente en Estados Unidos.

Del Pino fue un combatiente que peleó en la Sierra Maestra y que llegó a ser el vicecomandante de la Fuerza Aérea cubana, hasta que huyó junto a su familia a bordo de una avioneta Cessna en 1987. Fuentes fue el cronista favorito del régimen y se codeó con los hermanos Castro hasta que en 1989 salió de hard core cubano y logró dejar la isla en 1994 por una mediación en la que intervinieron, entre otros Gabriel García Márquez, Felipe González y Carlos Salinas de Gortari. Hidalgo, periodista de profesión, trabajó estrechamente con el actual gobernante cubano y fue embajador de Naciones Unidas, pero cayó en desgracia y pudo escapar hacia Estados Unidos en 2002.

La Tercera conversó con ellos sobre el anuncio del miércoles del próximo restablecimiento de relaciones entre La Habana y Washington y la nueva era que se abre en el tono de los contactos entre ambos países. De hecho, los tres coinciden que se trata de un giro histórico, que cambiará radicalmente las últimas cinco décadas y que las primeras muestras de eso ya se están notando en Cuba.

“El anuncio del miércoles fue un punto de viraje de la historia de Cuba desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro. Es el equivalente en términos cubanos a lo que pudo haber sido la caída del muro de Berlín. Y ya está teniendo un efecto —sobre todo sicológico— en la población cubana. Se ha anunciado el fin de la hostilidad con el enemigo tradicional, el enemigo que siempre, supuestamente, estaba dispuesto a destruir ese país. Y no hay lugar a dudas de que hay una voluntad de terminar este diferendo tan prolongado”, destacó Alcibíades Hidalgo.

Para Fuentes, el autor de Dulces Guerreros Cubanos y La autobiografía de Fidel Castro, la gente en Cuba recibió la noticia con mucha alegría, ya que “se ha quitado un poco un chaleco de acero que tenía encima, una camisa de fuerza. Casi todos jóvenes están locos por venir a Estados Unidos, toda una generación loca por venir, y si se establecen relaciones con Estados Unidos puede tender a equilibrar la sociedad cubana. Si tu puedes viajar a EE.UU., hacer negocios con EEUU, si puedes intercambiar comercial, social y culturalmente ya no tienes necesidad de irte de Cuba”.

Además, sostuvo que la presión por salir ya estaba “muy amortiguada desde que todo el mundo puede viajar” por el cambio de la política migratoria aplicada por el gobierno cubano. “Esto es la quilla del acorazado directo contra la Ley de Ajuste Cubano (que permite a los isleños pedir la residencia en Estados Unidos en caso de estar en su territorio), eso va a desaparecer inmediatamente”, destacó.

Para el general Del Pino hace mucho que Estados Unidos y Cuba debieron haberse sentado a negociar. Sostuvo que hace años Raúl Castro dio el primer paso en varias ocasiones al llamar directa y públicamente a eso. “Pero como dice el refrán más vale tarde que nunca”. “Hace siete años escribí un artículo, por el cual muchos pidieron mi cabeza, donde sugería a la entonces Administración Bush casi todas las medidas iniciales que ha tomado Obama ahora”. En ese artículo quien fuera el segundo hombre de la Fuerza Aérea cubana destacaba que ”el mejor escenario puede estar en la mesa de negociaciones entre el gobierno de Estados Unidos y el gobierno de Cuba. No para discutir los asuntos que corresponden solo a los cubanos sino para acabar de una vez con el casi medio siglo de diferendo”.

De esta forma Del Pino, quien fue considerado hasta su salida como un héroe en Cuba por su participación en Bahía de Cochinos, destacó que “el tema del multipartidismo y la celebración de elecciones libres en Cuba es un asunto a resolver exclusivamente por los cubanos donde los norteamericanos no tienen tampoco ningún derecho a inmiscuirse”.

Para Alcibíades Hidalgo, lo que Raúl Castro ha hecho es romper “con la médula espinal del castrismo que es la hostilidad hacia Estados Unidos. En ese sentido sí creo que ha habido una ruptura (del gobierno de Raúl Castro) con la herencia de Fidel Castro.

“Cuba ahora está en una nueva situación. Es ahora la niña querida, la joyita que todos quieren. Obama está de cabeza contra Putin y si todo esto es un golpe bajo contra Putin, también le da un precio mayor a Cuba. Porque Obama reconoce que la puerta de acceso para América Latina es de alguna manera Cuba”, destacó Norberto Fuentes.

Precisamente para Hidalgo, con el futuro restablecimiento de relaciones con La Habana, “Estados Unidos se quita una espina molesta en su relación con América Latina, en una situación que deja a un lado una hostilidad que no tenía respaldo internacional y que a lo largo de los años, ese diferendo fue dejando solo a Estados Unidos y Cuba”.

“Es lógico que después de medio siglo de hostilidad habrá recelos y dudas por ambas partes. Este es un proceso lento que requerirá un monitoreo constante y reuniones periódicas para evaluar el desarrollo del mismo, pero si China y Vietnam lo lograron, porqué no lo podemos lograr los cubanos”, destacó Del Pino.

Al referirse al futuro que se avecina, el jefe de despacho de Raúl Castro cuando éste era el número dos del Partido Comunista de Cuba, afirmó que para el gobierno de la isla "va a quedar cada vez más claro que tiene que cambiar, que no puede hacer promesas en el vacío. Hay mucha gente que está esperando ver como Cuba rompe esta posibilidad que se abre, pero parece que en esta ocasión se ha llegado demasiado lejos y hay muy pocas oportunidades de volver atrás”.

Para Norberto Fuentes, lo próximo que tendrá que venir es el fin del embargo y que la historia la construirán las nuevas generaciones que gobiernen en Cuba, ya no los Castro. “Tiene que acabar por levantarse el embargo. Es muy difícil aferrarse a eso. Eso se tiene que caer. Aparte que ahí (en Cuba) hay un equipo nuevo que vendrá después de Raúl, que está loquito por tener relaciones con Estados Unidos, que le gusta vivir bien. Hay un cambio generacional en el país, que decidirá y determinará las nuevas relaciones”.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Por quién doblan las campanas

Por Norberto Fuentes

Publicado como “Le campane di Cuba per gli sconfitti della storia” en La Reppublica
el 18 de diciembre de 2014, y en ABC el 19.


Desconozco la cantidad de campanas que queden en las iglesias de La Habana, así como el número de iglesias, pero todas comenzaron a doblar, hoy, al unísono, en inequívoco expresión de festejo al saberse la noticia del intercambio de prisioneros entre Cuba y Estados Unidos y las medidas que se pondrán rápidamente en vigor para el establecimiento de un nuevo orden en las relaciones entre los dos países vecinos, incluidas primordialmente la apertura de embajadas en ambas capitales y la liberalización de casi todas tuercas del embargo que atenazaban a la economía cubana. Es indudable (para hablar en los términos militares que encantan a los cubanos) que el gran vencedor es Raúl Castro y que estamos ante un equivalente del descalabro de Bahía de Cochinos, solo que en este caso, la derrota no afecta al gobierno de los Estados Unidos. Es un desastre para el solo consumo de los cubanos de Miami.

Lo importante es que ha llegado el momento. No es la primera vez que Cuba y Estados Unidos intercambian prisioneros, o que Obama afloje algunas medidas del embargo (aunque estas de hoy rebasen con creces cualquier otra vuelta de tuerca en sentido inverso anterior). Pero si es la primera vez que los presidentes de los dos países establecen una conversación seria y que es una conversación que cambia —subrayen ese cambia— las cosas, empezando por la forma en que un país ve al otro. . Es un diálogo —aunque Miami, y toda la derecha cubana quiera interpretarlo como política—, que no se produce en ese ámbito, porque —también por primera vez— se trata de responder a los intereses, los de Cuba y los de Estados Unidos. Los dos respondiendo a sus conveniencias nacionales y la política no se alza en el medio. Y por lo tanto, deja de ser una obstrucción. Y en ese sentido la victoria ya no es de nadie, porque no se personaliza. Pertenece a la razón. Y en el caso de Obama —ahora es su turno para las sinecuras— significa que él está gobernando. Tal su gran lección y a la larga se consolidará como su más perfecto legado: gobernar en los famosos últimos dos años, cuando es tradición histórica que ningún presidente americano ha podido hacer ni pitoche en ese período.

Desde que Raúl asumió el poder y además se dio cuenta que Fidel no tenía regreso, su objetivo ha sido el de trazar las diferencias de método con el hermano. Él también, pues, está demostrando algo en su trato inaugural con Obama: que en Cuba se puede gobernar de otra manera. El reinado de Fidel era la confrontación. El de Raúl, ya lo vemos, la negociación. Es decir, quiérase ver así o no, los dos presidentes han logrado algo sobresaliente: conversar, abrir sus embajadas y comunicarse como dos estadistas, y no como chiquillos malcriados que en vez de pistolas plásticas han sido armados con Kalashnikovs y drones. Vamos, que no otra cosa aquí es trascendente: dos hombres han decidido ejercer los poderes de que disponen para interactuar entre ellos sin dejarse ni manipular ni intimidar. Los profetas armados se deshacen de los desarmados.

En este orden de cosas, no por gusto Raúl Castro, en su comparecencia por la televisión para explicar los acuerdos, se presentó de completo atuendo militar, todos sus entorchados a la vista, y la voz más grave que nunca. Le tira su sinecura a Obama —“merece respeto”— pero deja claro para cualquier cabeza caliente que él tiene los tanques.

De hecho, fue una política que duró demasiado. Estuvo teledirigida por un grupo muy rencoroso de desplazados de la sociedad cubana pero que se hizo del poder que le otorgaba controlar los votos en el sur de la Florida. Votos que, por lo que le queda de vida, a Obama le importan ya un comino.

Para terminar, queda un personaje no mencionado aún en la algazara de la noticia pero que está de cabeza en el potaje. El camarada Vladimir Vladimirovich Putin. Es visible la lógica del razonamiento de Obama: te voy a golpear donde te duele: Te voy a arrebatar al hijo pródigo, o por lo menos, a retozar con él. Un hijo prodigo que además se vuelve loco por negociar.

Hace pocos años, cuando Fidel fue dado de baja por su crisis intestinal y tuvo que renunciar a todos sus cargos, Miami se apresuró a darlo por muerto y se produjo una fiesta interminable, con congas, guarachas y tambores, en un emblemático restaurante de la calleo Ocho de esta ciudad —el Versailles, centro de reunión de los viejos exiliados y que suelen llamar El Pentágono. Lógico que ahora no oigas allí los tambores. La moraleja es evidente. Donde las campanas repican, los tambores callan.

jueves, 18 de diciembre de 2014

"Raúl logró distanciarse
por completo de Fidel"

Por Pedro Schwarze
Versión extendida de la entrevista publicada en La Tercera el 18 de diciembre de 2014

Un triunfo compartido. Para el escritor cubano Norberto Fuentes —ex miembro del círculo de hierro de los Castro—, el anuncio de ayer es un logro de Barack Obama y Raúl Castro por haber echado por tierra una política de confrontación que se extendió por cinco décadas. En todo caso, para el autor de Dulces Guerreros Cubanos y Hemingway en Cuba, se pudo llegar a este acuerdo gracias a que Fidel Castro “supo resistir”, a que Raúl Castro actuó con pragmatismo y a que Obama dio el primer paso.

¿Quién gana con este anuncio hecho por Obama y Raúl Castro?

Creo que ganan los dos a partes iguales. Gana una nueva visión de la política, de la política en el mejor sentido. Por primera vez en 50 años dos presidentes, cubano y americano, se sientan como dos estadistas a hablar seriamente de los intereses de ambos países, sin presiones de los grupos externos y con intereses exógenos a esos países. Ese es el gran triunfo, que se ha abierto un diálogo serio y que cambia radicalmente todo lo que ha pasado en los últimos años entre Cuba y Estados Unidos. Para Raúl esta es una victoria formidable, porque él ha logrado el distanciamiento completo de Fidel, de la política de confrontación y establecer un poco su sueño que siempre ha querido, de una república normal. El gobierno cubano y el gobierno americano estaban interrelacionándose sobre la base de una política que caducó hace muchos años. Eso importante para analizar la reacción que van a tener la derecha de Miami, que será muy amargada, porque ellos están en otra época. En ese sentido este es un segundo Playa Girón (Bahía Cochinos, 1961).

¿Cree que Fidel Castro habría llegado a este acuerdo con Obama?

Hemos llegado hasta este punto gracias a Fidel Castro, porque él supo resistir. Y lo de hoy es una continuidad. De cualquier forma a Obama, a Cuba y a Raúl se les facilitó que Fidel haya estado retirado, pero esto era una cosa que se caía por gravedad. Además, el objetivo final siempre fue ese, el abrazo con el enemigo, y el único capacitado para el abrazo con el enemigo es el más fuerte. Ese abrazo se acaba de dar y lo dio Raúl Castro. Y es una continuidad, en cierto modo, de Fidel Castro. Raúl Castro, por sus características personales y políticas, nunca hubiese podido llevar ese pueblo a resistir 50 años.

¿Fidel estará de acuerdo con este acuerdo alcanzado?

Qué más da. Eso es especular. Y él está en su poltrona, tranquilito.

Pero políticamente Fidel Castro aprovechó esa confrontación con Estados Unidos, ¿no?

Sí, claro, él jugó con Estados Unidos como quiso. Pero no estaba en los planes originales. El que más empujó, con el apoyo del Che, con ir hacia el comunismo, en una actitud casi suicida y ciega, fue Raúl Castro. Fidel decía: “Aguanta, aguanta, no es el momento”. El que aguantó todo eso fue Fidel porque tenía su cabeza otra cosa. Fidel no quería el comunismo de esa manera. Él se hizo leninista pero para tomar el poder, no para hacer un país comunista. El quería estar más en la onda de Gandhi, de Nasser, de Tito, de Perón. Estaba en la apuesta de ser un líder mundial tercermundista. Estados Unidos, en su torpeza, lo llevaron a los brazos de los soviéticos, y los soviéticos aprovecharon muy bien la jugada. Pero todo esto es historia.

En todo caso ahora Raúl actuó como un gobernante muy pragmático.

El siempre fue mucho más pragmático y en algunos casos mucho más audaz que Fidel. El tipo que inauguró en el mundo el secuestro de americanos fue Raúl Castro, cuando cogió a un grupo de marines en 1958 y obligó a los americanos a negociar con él y no darle más armas a Batista.

¿Quién pierde con este acuerdo?

Desde el punto de vista de Obama es una jugada magistral en relación con Putin, porque le está diciendo que voy a empezar a negociar con tu hijo pródigo. Para Putin es una derrota. En todo caso Raúl sabe guardar la ropa. No va a deshacerse de su retaguardia rusa. Sería suicida. Porque si los cubanos se enfrentan con los rusos, con los chinos y con todo el mundo, Raúl sabe que los americanos se lo tragan. De una zampada. Raúl Castro aquí traza su indeleble línea roja —y los americanos lo saben. Como decía Churchill, si peligroso es ser enemigo de Estados Unidos, más peligroso es ser amigo.

¿Por qué Raúl buscó este acuerdo en este momento?

Fue un acomodo de los dos. Las cosas en política se van acomodando por gravedad o porque es el momento. En todo caso el que dio el primer paso fue Obama. Raúl no ha variado su política. El que la varió fue Obama.

martes, 9 de diciembre de 2014

¡Felicidades!

Foto: Anna J.
La doctora De la Torre dando calor. Es un leñito.
 En algún lugar de Virginia, el 14 de noviembre de 2014.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Aaron en Virginia

Crónica navideña en dos imágenes
y un solo diálogo

“Ni se les ocurra sacarme de aquí adentro”