martes, 22 de julio de 2025

Historia prohibida






Imágenes del documental Fiel Castro, de Ricardo Vega, cedidas por él para publicar en este blog. En los dos fotogramas inferiores, aparece, ametralladora de bípode en las manos, el entonces teniente Alfredo Sugve, y detrás del bípode, el entonces capitán Patricio de la Guardia Font. La película original fue filmada por el camarógrafo Dervis Pastor.

Hoy todas estas tomas parecen documentar un país inexistente. Por lo menos, Patricio de la Guardia es un exprisionero que apenas unos meses atrás extinguió una sanción de 30 años y al que le fusilaron un hermano gemelo, uno llamado Antonio. Sugve, por su parte, quizá haya corrido mejor suerte, al perecer en un accidente de tránsito el 20 de noviembre de 1982, en la provincia de Pinar del Río, lo que le salvó de todo el pesar, de toda la ignominia que se les avecinaba. Otro fantasma, que de alguna manera señorea sobre estos fotogramas, es el del general de división José Abrantes Fernández, ministro del Interior. Despidió el duelo de Sugve en el Cementerio de Colón. Sus palabras de entonces no encuentran ningún asidero en la realidad de la sociedad cubana circundante, y se van hacia un asfixiante vacío.

Con profundo dolor, hemos traído hoy hasta aquí el cuerpo sin vida de un compañero a quien todos queremos y admiramos extraordinariamente: el Coronel Alfredo Sugve... Hemos perdido a uno de esos hombres en los que la Patria, el Partido y el Comandante en Jefe podían confiar cualquier tarea, por peligrosa y arriesgada que esta fuera con la seguridad de que sería ejecutada a cabalidad… Toda la vida de Alfredo Sugve del Rosario se puede definir con una sola palabra: VANGUARDIA... La muerte irreparable lo ha arrancado ahora del lado de sus compañeros y sus familiares, pero la muerte, como bien dijo en una memorable ocasión el compañero Fidel, no es ya el término oscuro de una vida sin esperanza, ante la muerte misma se renueva el compromiso de los que hemos de seguir adelante, cumpliendo el deber, luchando con energía para hacer nuestra parte y convertir en realidad los sueños y las aspiraciones de todos los cubanos que han dado su vida por la sagrada causa de la Revolución… Frente a cada tarea cumplirla como él la cumpliría. Frente al deber internacionalista: imitar su valor y su decisión. A la hora del combate: luchar como él supo hacerlo… Este será el verdadero homenaje, digno de la memoria de este hijo de nuestro pueblo que hoy depositamos en la tierra heroica que él ayudó a liberar, a defender y a llenar de Gloria Revolucionaria…