jueves, 6 de marzo de 2025

Silvio

Hoy es el cumpleaños de Gabo. Pero tenemos cosas más importantes que dilucidar. Les confieso que no sé qué hubiese hecho —o dicho —o escrito— Gabito en las actuales circunstancias. Mas Silvio, por su parte, no ceja. Aún con el orgullo incólume. El mundo parece desmoronarse a su alrededor, pero el trovador se mantiene firme. Sigue atrincherado en el legado de los versos de Brecht que tanta impresión le causaron en sus lecturas de adolescente: «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.»

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Un imperio en decadencia puede revolucionar el mundo. Es más que evidente. Claro que hay revoluciones progresistas y revoluciones retrógradas. El alcance de esta nueva revuelta mundial lo estamos empezando a ver y a padecer, quien sabe hasta cuándo. El efecto que pudiera hacernos en Cuba no es esperanzador. Todo apunta a que nos van a hacer más daño, además del inmenso que nos han hecho. Esto, sumado a la involución que desde hace tiempo venimos experimentando por nuestra propia cuenta, nos hace cada vez más sensibles a los efectos de esta revolución negativa.

Distintas señales sugieren que está ocurriendo una especie de desaparición paulatina del sentido de dignidad nacional. Lo siento en hechos ciudadanos del día a día. Lo siento en la carnavalización de la estatua de la nación y la tumba del mambí desconocido. Lo siento en un video que muestra un cadáver reciente, lleno de heridas, ante el que los presentes hacen diversos comentarios. ¿A dónde hemos llegado para que puedan pasar estas cosas, para que se trivialice lo sagrado, para se le falte el respeto a la memoria de un ser humano, a su familia, a las personas que le aman?

Entiendo que no seamos como quisimos ser; entiendo que falta mucho todavía. Pero no puedo entender el irrespeto y la falta de calidad humana. Ojalá las cubanas y cubanos de vergüenza no permitamos la indignidad y la destrucción de esta Patria que ha costado tanto construir y defender.

Publicado originalmente en el blog Segunda cita bajo el título "Otro ojalá". (Tomado sin autorización)

sábado, 8 de febrero de 2025

martes, 7 de enero de 2025

Un jardín en Broward County


…y la niña creció y creció y creció (de edad, quiero decir, porque de estatura sigue sin levantar dos cuartas) y desde muy temprano decidió que aquel pequeño cuerpecito en el que se hallaba había que atiborrarlo de collares y de espejuelos y de pañuelos y entonces siguió creciendo (de edad, repito) y ahora, según ella, ha dejado de ser una pepilla que estudia su carrera de medicina en la Covadonga y reside en el barrio habanero del Casino para ser, dice ella, una gringa de la costa este de los Estados Unidos de América que tiene un jardín (donde se encuentra en este instante, cuando yo la retrato sin que ella se entere, desde una ventana de mi estudio, y sabiendo que Jerry Lee está jugueteando entre sus piernas) ella suministrándole agua a sus plantas mientras además les habla, las saluda una por una, durante una amorosa y dedicada sesión, antes de pasar al otro lado de la casa, el territorio que yo llamo su minifundio, un patio donde ha puesto a crecer árboles frutales y que luego de una suave caída termina en un lago que incrementa el personal de sus conversaciones con patos, pelícanos y las raudas ardillas que se desplazan sobre el tubo superior de la cerca que supuestamente debe cerrarle el paso a cualquier cocodrilo que se le ocurra asomarse por estos lares (sin que hasta ahora, dicen los viejos vecinos, haya ocurrido un episodio de esta naturaleza) y así con las cosas, así transcurren en este día de invierno soleado en el sur de la Florida en la fecha más importante de esta familia porque es el de su cumpleaños. Fssst fsssttt fssst ¿No oyen el ruido del agua contra los cristales? Las plantas agradecidas. Nada como una buena conversación matutina y mitigar la sed.

lunes, 30 de diciembre de 2024

 

Jerry Lee Fuentes el miércoles 30 de diciembre de 2015, a las 5 PM. Tal y como apareció en mi blog ese día. Su primer año entre nosotros. Cumplido el reconocimiento de la casa de sus padres, forcejeaba entonces por iniciar la exploración de una de las terrazas. (Foto: Rui Ferreira)


A los amigos
donde quiera que se encuentren

 Felicidades

 Jerry Lee, Niurka y Norberto

 


30 de diciembre de 2024. El mensaje a los amigos por el año nuevo se mantiene. En cuanto a Jerry Lee Fuentes, ningún forcejeo ahora. ¿Qué necesidad tiene de ese desgaste, si hace rato —en ese tiempo transcurrido desde diciembre de 2015— él se hizo dueño de esa cama, de esa habitación, de esa casa, de ese patio tapizado de hierbita fresca que él ha decidido eludir para depositar sus necesidades porque prefiere el piso de la sala y de ese Toyota Highlander parqueado allá afuera que él prohíbe mover si no es con él adentro? (Foto: Niurka de la Torre)

martes, 3 de diciembre de 2024

35 años, 10 meses y 22 días después

Hemos ganado la guerra, nosotros, los cubanos, contra un ejército que dispone de armamento nuclear —el surafricano— y el apoyo de Estados Unidos. El primer destacamento de combatientes internacionalistas cubanos aborda el Ilyushin-62 con el que cruzará el Atlántico. Regreso a casa, tras 15 años de combate y el saldo de 2 016 muertos. 10 de febrero de 1989. En la losa del aeropuerto internacional de Luanda, Angola.


2 de diciembre de 2024. ¿La misma losa?

viernes, 29 de noviembre de 2024

Yo lo llamaba Charles

Yo lo llamaba Charles y creo que sostuvimos una intensa y sincera amistad mientras las circunstancias se lo permitieron. Venía de una familia de comunistas —los Escalante— pero su pedigrí no le resultó de mucha ayuda para ascender en la jerarquía revolucionaria porque los Escalante eran unos racistas solapados y Charles era mulato. Yo mismo lo vi firmar sus mensajes cifrados a Fidel desde Angola con el seudónimo de «El Jabao». Pese a todo, y con el embeleso que Raúl cogió con él cuando lo vio desarrollarse como comisario político a mediado de los 60 durante la construcción del Partido en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Aldana logró llegar a la cumbre dentro de la nomenclatura y hasta ser considerado como el tercer hombre del país. Las verdaderas causas de su defenestración en 1992 es motivo de múltiples interpretaciones en la prensa extranjera. Yo solo sé que los oficiales encargados de expulsarlo de su oficina le dijeron que no podía mover ni un solo alfiler de las gavetas y que Fidel le mandaba el recado de que no quería verlo en la Plaza de la Revolución ni como público. Pero este no es lugar para dilucidar las interioridades del episodio. Este es, sencillamente, el último refugio de una amistad que, incluso en contra suya, yo me dispuse a mantener.






















Carlos Aldana, José Abrantes y Norberto Fuentes. Durante la Octava Conferencia Cumbre de los Países No Alineados. Parqueo del Harare Sheraton, Harare, Zimbabwe, 2 de septiembre de 1986.

domingo, 24 de noviembre de 2024

El reposo del guerrero


Ahí lo tienen. A pleno sol. Pero en un lugar no revelado. Not disclosed location, como le encanta decir a los yanquis cuando se ponen en plan de periodistas misteriosos. Pero hay que cuidarlo. Es un tesorito de nuestra historia reciente. Historia de un país dividido en dos orillas enconadamente irreconciliables, y alimentada por un mismo grupo poblacional cuyos ánimos de combate cambian según el lugar donde se encuentren. Es decir, son los mismos que vociferaban allá —la orilla al sur, me refiero— cuando montaban sus actos de repudio en el Comité de Defensa de la cuadra, que los ahora patriotas de acá —la orilla del norte— cuando trasmutan la gritería en el discurso contrario. Y en el medio de todo esto, mi amigo Alcibíades Hidalgo. En el medio de verdad. El epicentro, digamos. Lo mismo amenazado de muerte por La Habana que cubierto de insultos por las tropas dislocadas en las aceras próximas al restaurante Versailles (a falta de la Plaza de la Revolución, nada mejor que la proximidad de un expendio de croquetas, pastelitos de guayaba y cafecito criollo).


«Hace 22 años se hacían encuestas», me dice Alcibíades —referente a una imagen que se adjunta— en un Gmail desde el lugar no revelado y donde se ha tumbado a sol. Ni La Habana logró matarlo ni las huestes de la venganza lograron impedir que, en su misma ciudad, Alcibíades se hiciera con un montón de dólares durante estos últimos 22 años, una fortuna que le garantiza la apacible jubilación que le vemos disfrutar en un patio de su propiedad. Corresponsal de guerra en el Líbano, jefe de la Oficina Política de Raúl Castro, portavoz de la delegación cubana en las conversaciones de paz del África Austral, primer embajador cubano en Namibia, vicecanciller y jefe de la Misión de Cuba en la ONU y —vale la pena decirlo— uno de los personajes principales de mi libro Dulces guerreros cubanos, reconocido ahí bajo el nombre de «El Conejo Alc», debido a una mala fama (¡o muy buena!) de hiperactividad sexual, terminó en nuestro bendito condado de Miami-Dade como uno de los más exitosos productores de la televisión. Mucho ajetreo, Alc. Sobre todo, por lo del origen del mote. La verdad que te mereces ese sitio.