Nacido el 4 de mayo de 1949 en Brooklyn, Nueva York, Richard fue un esposo, padre y abuelo devoto. Fue un abogado respetado, conocido por su formidable intelecto, su fuerte defensa y su inquebrantable brújula moral. Construyó su carrera y vivió su vida definida por la integridad, el coraje y la compasión. Quienes conocieron a Richard saben que las palabras por sí solas no pueden capturar su esencia.
Richard conoció a su esposa Truly, con quien estuvo casado durante 53 años, en la Universidad de Miami, iniciando una unión que definiría la vida de ambos. La amaba profundamente y estaba inmensamente orgulloso de su éxito y fortaleza como líder de larga data de la Builders Association of South Florida. Juntos criaron a su hijo, Marc, y se deleitaban en la siguiente generación: sus nietos Samuel y Jeremy, quienes eran su mayor alegría.
Richard fue un defensor de los desamparados. A menudo asumía casos que otros rechazaban y podía analizar un caso en minutos y ver lo que otros pasaban por alto. Comenzó su carrera en Washington, D.C., trabajando en casos surgidos de la era de Watergate. En el sur de Florida, se convirtió en un pilar de la comunidad legal durante más de 50 años de ejercicio de la abogacía.
Durante los últimos 13 años de su vida, Richard ejerció junto a su hijo, Marc Burton, como su socio legal y confidente. Su colaboración fue la concreción de su creencia de toda la vida de que la ley, en su mejor expresión, es tanto una vocación como un legado familiar.
Orgulloso y amante de los Miami Hurricanes, la conexión de Richard con la Universidad de Miami se extendió por casi seis décadas. Como estudiante, fue una voz franca a favor de la reforma y la inclusión. Lideró manifestaciones en el campus y, en nombre de la igualdad, persuadió a la administración de la escuela para levantar un toque de queda que se aplicaba únicamente a la población estudiantil femenina. Él creía que el activismo político nunca debía convertirse en violencia política, por lo que, al enterarse de un complot violento, trabajó discretamente con la escuela para denunciar un intento de bombardear las instalaciones del campus, salvando muchas vidas.
El activismo de Richard durante esa era turbulenta ayudó a moldear la cultura de compromiso cívico de la UM. En 2009, fue ingresado en la Sociedad de Honor Iron Arrow, el reconocimiento más alto de la Universidad, y en una de las mismas organizaciones contra las que había protestado décadas antes, por su vida de servicio y liderazgo.
Publicado por el Miami Herald del 20 al 22 de octubre de 2025.





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