lunes, 11 de noviembre de 2019

80 años de Ernesto


En un mensaje electrónico de Ernesto Fernández por la noticia de la edición española de Hemingway en Cuba descubro que mi entrañable camarada de en cuanta guerra Cuba se involucró, es ahora un fervoroso creyente en Dios y que pone en sus manos la autenticidad de su memoria, la de Ernesto quiero decir, no la del Altísimo. Yo, igualmente, puedo ser garante de esos recuerdos, me atrevo a apuntar. Ahora seremos tres los que certificamos la veracidad de un instante de la presencia en el Teatro de Operaciones Militares Angola del más grande fotógrafo de guerra cubano (y cuídate sino universal). El mensaje subliminal para recordarnos que hoy es el día de su cumpleaños resulta insoslayable. Ese huevo quiere sal.

From: Ernesto Fernandez ˂*****@*****˃
From: Norberto Fuentes ˂*****@*****˃
Date: Wed, Nov 6, 8:33 PM
Subject:

Mi querido hermano Norberto: De verdad que te doy las gracias y además un fuerte abrazo por enviarme toda esta información sobre tu libro Hemingway en Cuba. Voy a disfrutar mucho de toda esta lectura que acompañan al libro y que además demuestras que tú eres un gran escritor y además mi socio y compañero de armas en por lo menos tres lugares de batalla y que al decir de nosotros mismos, no habían tipos más cojonudos que nosotros que éramos capaces de caminar en el medio de la milicias y los alzados y atravesar una selva  perdida en el mundo, en solitario en una tanque en medio de una guerra en la cual desde tus espaldas se disparaban los BM-21 y aviones MiG-21 sobre el enemigo que tú sabías que estaba delante pero no dónde. Así éramos de irresponsables con nuestra vidas, pero por eso creo que todavía estamos vivos y lo podemos contar. Bueno se acabó la bobería.

Dime si esto no fue así. -- Salí de la habitación nuestra en la Casa Número [residencia en Luanda del jefe de la Misión Militar Cubana] y me dirigí, no recuerdo si a desayunar o almorzar, y tú estabas en la escalera que comunicaba la entrada de la casa con la sala. Me dijiste lleno de alegría que a Gabo le habían otorgado el Premio Nobel y qué pena que no lo pudieses felicitar. Te dije llámalo por teléfono y me contestaste que si con Cuba era muy difícil, imagínate con México y te contesté prueba. Así lo hiciste y te quedaste bobo cuando te contestaron enseguida. Y además era él en persona quien te salía al teléfono. Cuando colgaste estabas más bobo todavía pues exclamaste no solo me comuniqué enseguida sino fue él el que me contestó y lo más increíble que me dijo el primero que me ha llamado eres tú aquí a México desde Angola para felicitarme. SI ESTO ES MENTIRA QUE VENGA MI PADRE DIOS Y ME DESMIENTA. Tu socio Ernesto. Perdona los errores que pueda tener esta anécdota pero la quise hacer así para que saliera de esta cabeza que dentro de 5 días cumple 80 nov..

Mi respuesta al Fernan.

From: Norberto Fuentes ˂*****@*****˃
To: Ernesto Fernandez ˂*****@*****˃
Date: Nov 7, 2019, 1:01 AM
Subject: Puchunguito

Así mismo fue, Asunción. Lo asombroso es que hace unos días escribí el episodio para algo que estoy haciendo, y casi que repito palabra por palabra ese recuerdo que tú me has contado, y por supuesto digo que fuiste tú el que me diste la idea de intentar la llamada. He podido precisar la fecha por una carta a la vieja mía que conservo. Estoy casi seguro que Pombo [coronel Harry Villegas, uno de los tres supervivientes de la guerrilla del Che en Bolivia] me llevó el prólogo de Gabo a la Casa Uno el sábado 23 de octubre. Tomás [el general de división Raúl Menéndez Tomassevich, jefe de la Misión] estaba en La Habana. Y al otro día Pombo me llamó para decirme que había oído por radio lo del Nobel. Pero a lo mejor todo pasó el mismo domingo 24. Que Pombo fue hacia el mediodía a llevarme el prólogo con la carta de Gabo y después al caer la tarde llamó con la noticia del Nobel. Como quiera que sea, es maravillosa esa memoria que tú tienes y más asombroso (o entrañable) es la manera en que nuestros dos viejos y magullados cerebritos funcionan de manera tan coordinada pese a cualquier distancia que nos separe físicamente. Somos Los Hijos de Asunción, Fernan. Los invencibles.

Hoy te quiero un poquito más... si eso fuera posible.

Fuentes Cobas.

Importante: Esta respuesta necesita una explicación para los que no conocieron las zonas de responsabilidad de la Operación Olivo en el TOM Angola de 1982. El Hijo de Asunción era un himno de combate que entre Ernesto y yo introdujimos en el territorio. Queríamos elevar la moral de las tropas y darle cierto colorido al frente. Lo cantábamos a todo pecho por encima del rugido de los tanques T-62 y del mortífero ulular de los lanzacohetes BM-21. Si acabaré de decir de lo que se trata. Bueno, en fin, que me la voy a jugar. Y fíjense, si lo miran bien, la tonadita no es homofóbica, es más bien celebratoria. Lo que se limita a describir una situación, una resultante, digamos. Dos más dos son cuatro, ¿no? Bueno, aquí va la letra.

El hijo que tiene Asunción
Ni fuma ni bebe ni juega al balón

(repite)

El hijo que tiene Asunción
Ni fuma ni bebe ni juega al balón

(énfasis)

Asunción

(Crescendo)

Aaaaasuncióóóónnnn

(apoteosis final)

¡Ese niño será maricón!