¿El conocimiento histórico de los habitantes de Zurich alcanzará para identificar al personaje cincelado sobre la piedra —o mármol —o granito, al que los carpinteros —o albañiles —o capataces, sostienen con esas trancas contra los ojos para mantener el equilibrio de la colosal testa que aún no ha sido adosada sobre su cuerpo? El Maestro José Martí en su probable postrera presencia física, aunque congelado —¿la piedra, el mármol, el granito se congelan? —porque si lo cogen en su último instante, tendríamos una cabeza con la boca destrozada, la piel abierta hasta más arriba de las encías y la quijada colgada como una gaveta. Los héroes eternos de la patria se eternizan lozanos, severos, meditabundos. No obstante, cuando se hizo esa fotografía en la base del monumento a José Martí entonces en construcción de lo que Fulgencio Batista proyectó y denominó Plaza Cívica y luego Fidel le estableció como la simbólica Plaza de la Revolución, dos años de diferencia entre un gobierno y otro, el fotógrafo, un jovencito aprendiz de reportero de la revista
Carteles, supo ver algo más que tablas y piedra. Vio el símbolo. Ernesto Fernández Nogueras. Sin dudas, el más universal y prolífico de los fotógrafos cubanos. Vio el símbolo y siguió viendo cosas
y las detuvo en el tiempo. Esa es su frase favorita a la hora de describir lo que es una fotografía. Nada es igual antes ni después de una fotografía, dice. Y todos esos instantes únicos, miles de esos instantes únicos, están en sus archivos, y él los extrae, poco a poco, y los coloca en libros, en exposiciones, o para el disfrute de enseñarlos a sus visitantes. Ahora le toca a Zurich. Bajo el cuidado y la dirección de Kristina Ahumada Torres Meyer se abre su expo «Uno que otros» en la galería Photobastei, de Zurich*, entre los próximos 30 de mayo y 23 de junio.
* (Calle: Sihlquai 125 / CH-8005 Zurich / Suiza)