Carlos Alberto Montaner, infatigable líder de su propia causa, ha ido ahora a parar tan lejos como Buenos Aires —lejos de donde estoy, quiero decir— para soltar sus últimas paletadas de sabiduría política: “El ejército de Cuba será clave durante la transición”. ¿Copiaron correctamente? Ha dicho: “Va a ser clave el papel del ejército y del aparato de inteligencia cubanos, que tienen el control social”. Tengo entendido que no se le ha movido un músculo de la cara para emitir el enunciado. Desde luego, no cita al general Rafael del Pino que lleva algunos años advirtiendo la posibilidad, además de vestirla con cifras y su profundo conocimiento de las instituciones armadas cubanas. Mucho menos me va a citar a mí, que cuando le dije lo mismo, él sentado en un sofá de la antigua casa de Jorge Dávila Miguel, el periodista, creyó que mis argumentos eran suficientes para animarlo a salir disparado por todas las calles de Miami y acusarme de estar enalteciendo a los esbirros de la Seguridad del Estado. Mi proclama a favor de tan brutales personajes —según su visión del personal— ocurrió en 1995, acabadito yo de llegar al exilio y cuando me creía que todos los cubanos que luchaban contra Fidel actuaban en hermandad y no esta fiesta de despiadado protagonismo y tumbadores de dinero. Así que ya saben, hermanos del otro lado, antiguos esbirros ahora designados por Carlos Alberto Montaner para que garanticen el poder postfidel, postraúl y hasta postmachadito (uno nunca sabe). Abran el camino, garanticen el despacho de la presidencia donde este caballón de la política va a sentarse y después, sólo después de que no exista el peligro de que asome ni un revólver de fulminante, lo llaman. Y tú, Norbertico, ¿cuándo vas a acabar de entender que el problema no es el esbirro, sino a quién sirve?
Ver "Carlos A. Montaner: 'El ejército de Cuba será clave durante la transición'", Por Pablo Gaggero. La Nación, Buenos Aires, viernes 2 de noviembre de 2012.