martes, 12 de noviembre de 2013

Las bajas cubanas



Viejos mensajes a propósito del aniversario 38 de la proclamación de la independencia angolana, un 11 de noviembre, uno como ayer. ¿Cómo ayer? ¿Dije como ayer?

[Todo el breve intercambio se produce el 2 de junio de 2007 por la mañana. No estoy autorizado a revelar el nombre del interesado en mi información.]

Del interesado:

Esta es una observación que me han hecho:

Las cifras que se conocen de bajas cubanas en esas guerras me dicen ciertos consultores que no son precisas, ya que muchos de los caídos en combate y por otras razones incluso fueron enterrados en África y Cuba no tenía gran incentivo para dar a conocer los números.

Un ex diplomático destacado en África por esa época me aseguró que podrían ser decenas de miles. ¿Qué tú piensas? Fue una presencia casi estable de unos 40.000 hombres durante el tiempo que duró el conflicto. ¿Podrían ser sólo unos 2.000?

Perdona esta lata, pero es un dato que me interesa.


Respuesta de NF:

Yo, personalmente, participé en el conteo. Le dices al diplomático ese que no hable mierda. Es la cantidad que te estoy diciendo, caballón. Ni uno más ni uno menos. Todos los nombres, además, fueron publicados en Granma. Yo tengo una copia de la lista. Nombre por nombre. Cuando vengas por aquí, te llevas una fotocopia. O deja ver si la pongo en mi página web. Si logras sacarme un nombre que no esté en esa lista, uno solo, yo no escribo nunca más. Por último: los cubanos no dejaron los restos de ni uno solo de sus compañeros por detrás. Y los forenses militares cubanos son los mejores del mundo, al punto de que lograron identificar hasta el último huesito. Yo los vi trabajar, padre, con sus cepillitos y aireadores, y limpiando las chapillas y sacudiendo las botas y separando los jirones de uniformes de huesos aún húmedos, y la devoción y la hermandad con que realizaron su misión para que cada familia tuviera la seguridad de que en aquella cajita había verdaderamente algo de sus hijos. ¿Cuántas decenas de miles dice ese comepinga que murieron? ¿80.000? ¿100.000? ¿Medio millón? Bueno, a la cantidad que sea, tú me le restas los 2.007 que yo te digo, y del enorme monto restante yo te ruego que me cites un solo nombre, repito, uno solo, y en una cualquier localidad de Cuba, que no esté nombrado en la lista. Un abrazo.


Regresa el interesado:

Coño, no te pongas así. "Duda de todo" es un lema siempre saludable, sobre todo en las cifras de muertos en una guerra. Aquí y en muchas partes se pone en duda todo lo que venga del gobierno.

Una vez alguien contó 20.000 mártires de la revolución, por ejemplo, y ahora resulta que fue un invento, y que el número es más bien cercano a 3.000.

Sólo porque alguien discrepa o calcula una cifra más alta (o baja) de muertos o vivos no necesariamente es un gilipollas. Aquí, en todo caso, yo me decanto por lo más razonable, que suele ser lo más cercano a la verdad.

Gracias por tu input, es de veras importante.


Regresa NF:

Bueno, padre, en ningún momento me estaba refiriendo a tu persona. Era al hijo de puta (quien quiera que éste sea) que te está mintiendo a tí. Y en todo caso yo te estaba respondiendo a una pregunta que tú me hiciste y que te he respondido como un profundo conocedor del tema y con el mejor ánimo de servirte. Amén de que no te estoy regateando datos para que tú decantes o razones: te estoy dando números exactos. Mas si a esos tú crees conveniente sumarles otras cantidades, el ejercicio se sale entonces de mi competencia. Ah, el que contó los 20.000 muertos y la lanzó como una cifra para la eternidad, fue ese paradigma de la libertad de expresión y del periodismo continental que se llamó Miguel Ángel Quevedo. Dios lo tenga en la gloria. ¿Lo tendrá? A menos que Dios sea bugarrón.
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Foto arriba: Luanda. 11 de noviembre de 1981. El día anterior, por primera vez, he aterrizado en el aeropuerto internacional “4 de Febrero” de Luanda, Angola. Hoy por la mañana, René David Osés, el camarógrafo de la Sección Fílmica de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, me lleva al acto central por el aniversario 6 de la independencia. Poco bullicio popular y nada que se compare a las convocatorias de Fidel en la Plaza de la Revolución. Tengo a René David a mi derecha. El otro fotógrafo, también cubano, ha sido identificado como Félix Arencibia. Mi gesto de incomodidad es evidente y recuerdo el desasosiego por no hallarme en control de mi situación, aunque aún no lleve 24 horas en África. Foto abajo: Pocas semanas más tarde, el corresponsal se despliega. En Huambo, una capital provincial del centro del país, mientras entrevisto a un cirujano militar angolano, descendiente de portugueses, la transformación es perceptible.

Foto arriba: Colección Norberto Fuentes/René David Osés. Abajo: René David Osés © Herederos de René David Osés. Prohibida la reproducción.