viernes, 15 de noviembre de 2013
Toda la política
Toda la política americana sobre Cuba parte de la creencia de que la isla no puede vivir sin los EUA. Bueno, es cierto, pero no puede vivir sin los EUA como adversarios. Sobrevivir, a la larga, sin ceder ante los Estados Unidos, es quizá una quimera, pero en la terquedad de ese sueño han existido, incólumes, durante el último medio siglo. El día que cedan, saben que se los comen vivos y sin tan siquiera echarles una pizca de sal. ¿Conocen el simpático axioma de Winston Churchill sobre los americanos? Eso me lo enseñó una noche Luis Posada Carriles en una entrevista. Se refería a una experiencia personal que no viene al caso contar, y tampoco estoy autorizado a hacerlo. Dice Posada que Churchill afirmaba que era muy peligroso ser enemigo de los americanos, pero mucho más peligroso ser amigo. ¿Y qué me dicen de los hijos del desierto? ¿De los beduinos como Kadafi? ¿Y Saddan? Se pusieron a retozar con esas ideas peregrinas que les vendieron y miren dónde terminaron. Pero, además, para poner a quién en Cuba al frente del poder. ¿A Carlos Alberto Montaner? ¿A cualquiera de los hermanitos Díaz-Balart? ¿A Guillermo Fariñas? Qué extraño: a estas alturas del juego, y todavía no entienden que con Raúl pueden negociar. Total, si el único que corre peligro es él.
Foto: Raúl Castro en el verano de 1987 durante un recorrido por la Sierra del Escambray. Aún la época de segundo al mando. A su derecha, el autor —invitado VIP de la comitiva— sostiene un sombrero de yarey. Carlos Lage es el de la camisa clara a cuadros. En la actualidad, defenestrado del cargo de vicepresidente. En la extrema izquierda de la foto, alguien identificado como Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, yerno de Raúl y ya en aquel momento una estrella en ascenso de las todopoderosas empresas económicas militares.