Por Pedro Schwarze
Publicado en La Tercera el 21 de diciembre de 2014
Deben ser los tres grandes desertores que ha tenido el régimen cubano, si acaso ese término puede aplicarse a un ex alto funcionario civil y a un intelectual. Por eso su opinión sobre el anuncio del histórico cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba y la decisión de Raúl Castro de abrirse al diálogo con Barack Obama resulta tan relevante. Se trata del general Rafael del Pino, del escritor Norberto Fuentes y de Alcibíades Hidalgo, el ex secretario político de Raúl Castro.Los tres viven actualmente en Estados Unidos.
Del Pino fue un combatiente que peleó en la Sierra Maestra y que llegó a ser el vicecomandante de la Fuerza Aérea cubana, hasta que huyó junto a su familia a bordo de una avioneta Cessna en 1987. Fuentes fue el cronista favorito del régimen y se codeó con los hermanos Castro hasta que en 1989 salió de hard core cubano y logró dejar la isla en 1994 por una mediación en la que intervinieron, entre otros Gabriel García Márquez, Felipe González y Carlos Salinas de Gortari. Hidalgo, periodista de profesión, trabajó estrechamente con el actual gobernante cubano y fue embajador de Naciones Unidas, pero cayó en desgracia y pudo escapar hacia Estados Unidos en 2002.
La Tercera conversó con ellos sobre el anuncio del miércoles del próximo restablecimiento de relaciones entre La Habana y Washington y la nueva era que se abre en el tono de los contactos entre ambos países. De hecho, los tres coinciden que se trata de un giro histórico, que cambiará radicalmente las últimas cinco décadas y que las primeras muestras de eso ya se están notando en Cuba.
“El anuncio del miércoles fue un punto de viraje de la historia de Cuba desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro. Es el equivalente en términos cubanos a lo que pudo haber sido la caída del muro de Berlín. Y ya está teniendo un efecto —sobre todo sicológico— en la población cubana. Se ha anunciado el fin de la hostilidad con el enemigo tradicional, el enemigo que siempre, supuestamente, estaba dispuesto a destruir ese país. Y no hay lugar a dudas de que hay una voluntad de terminar este diferendo tan prolongado”, destacó Alcibíades Hidalgo.
Para Fuentes, el autor de Dulces Guerreros Cubanos y La autobiografía de Fidel Castro, la gente en Cuba recibió la noticia con mucha alegría, ya que “se ha quitado un poco un chaleco de acero que tenía encima, una camisa de fuerza. Casi todos jóvenes están locos por venir a Estados Unidos, toda una generación loca por venir, y si se establecen relaciones con Estados Unidos puede tender a equilibrar la sociedad cubana. Si tu puedes viajar a EE.UU., hacer negocios con EEUU, si puedes intercambiar comercial, social y culturalmente ya no tienes necesidad de irte de Cuba”.
Además, sostuvo que la presión por salir ya estaba “muy amortiguada desde que todo el mundo puede viajar” por el cambio de la política migratoria aplicada por el gobierno cubano. “Esto es la quilla del acorazado directo contra la Ley de Ajuste Cubano (que permite a los isleños pedir la residencia en Estados Unidos en caso de estar en su territorio), eso va a desaparecer inmediatamente”, destacó.
Para el general Del Pino hace mucho que Estados Unidos y Cuba debieron haberse sentado a negociar. Sostuvo que hace años Raúl Castro dio el primer paso en varias ocasiones al llamar directa y públicamente a eso. “Pero como dice el refrán más vale tarde que nunca”. “Hace siete años escribí un artículo, por el cual muchos pidieron mi cabeza, donde sugería a la entonces Administración Bush casi todas las medidas iniciales que ha tomado Obama ahora”. En ese artículo quien fuera el segundo hombre de la Fuerza Aérea cubana destacaba que ”el mejor escenario puede estar en la mesa de negociaciones entre el gobierno de Estados Unidos y el gobierno de Cuba. No para discutir los asuntos que corresponden solo a los cubanos sino para acabar de una vez con el casi medio siglo de diferendo”.
De esta forma Del Pino, quien fue considerado hasta su salida como un héroe en Cuba por su participación en Bahía de Cochinos, destacó que “el tema del multipartidismo y la celebración de elecciones libres en Cuba es un asunto a resolver exclusivamente por los cubanos donde los norteamericanos no tienen tampoco ningún derecho a inmiscuirse”.
Para Alcibíades Hidalgo, lo que Raúl Castro ha hecho es romper “con la médula espinal del castrismo que es la hostilidad hacia Estados Unidos. En ese sentido sí creo que ha habido una ruptura (del gobierno de Raúl Castro) con la herencia de Fidel Castro.
“Cuba ahora está en una nueva situación. Es ahora la niña querida, la joyita que todos quieren. Obama está de cabeza contra Putin y si todo esto es un golpe bajo contra Putin, también le da un precio mayor a Cuba. Porque Obama reconoce que la puerta de acceso para América Latina es de alguna manera Cuba”, destacó Norberto Fuentes.
Precisamente para Hidalgo, con el futuro restablecimiento de relaciones con La Habana, “Estados Unidos se quita una espina molesta en su relación con América Latina, en una situación que deja a un lado una hostilidad que no tenía respaldo internacional y que a lo largo de los años, ese diferendo fue dejando solo a Estados Unidos y Cuba”.
“Es lógico que después de medio siglo de hostilidad habrá recelos y dudas por ambas partes. Este es un proceso lento que requerirá un monitoreo constante y reuniones periódicas para evaluar el desarrollo del mismo, pero si China y Vietnam lo lograron, porqué no lo podemos lograr los cubanos”, destacó Del Pino.
Al referirse al futuro que se avecina, el jefe de despacho de Raúl Castro cuando éste era el número dos del Partido Comunista de Cuba, afirmó que para el gobierno de la isla "va a quedar cada vez más claro que tiene que cambiar, que no puede hacer promesas en el vacío. Hay mucha gente que está esperando ver como Cuba rompe esta posibilidad que se abre, pero parece que en esta ocasión se ha llegado demasiado lejos y hay muy pocas oportunidades de volver atrás”.
Para Norberto Fuentes, lo próximo que tendrá que venir es el fin del embargo y que la historia la construirán las nuevas generaciones que gobiernen en Cuba, ya no los Castro. “Tiene que acabar por levantarse el embargo. Es muy difícil aferrarse a eso. Eso se tiene que caer. Aparte que ahí (en Cuba) hay un equipo nuevo que vendrá después de Raúl, que está loquito por tener relaciones con Estados Unidos, que le gusta vivir bien. Hay un cambio generacional en el país, que decidirá y determinará las nuevas relaciones”.