jueves, 27 de junio de 2013

Mejor que la guerra

Entre las páginas 134 y 142 de Hemingway en Cuba el lector interesado hallará otro segmento de material nunca antes publicado, ni examinado, ni visto, y me imagino que ni siquiera olido o palpado, por la augusta academia americana. Él, hace muchos años —1950— gozando frente a los embates de un huracán, y tomando ron como un demente, mientras ahora los estudiosos se disparan a husmear en esta parte de la Experiencia Hemingway que nos depara la producción prohibida de Papa. En lo que a mí respecta, personalmente, me jode sobremanera (versión cubana bastante adecuada a nuestro temperamento de ultraje) que estos bobitos hallan pensado que yo iba a tener la Finca Vigía en mis manos y que iba a dejar escapar un solo documento de importancia, o divertido, o interesante, o entretenido, o al que se le pudiera sacar un poco de jugo. Y reviso las imágenes de los papeles que una vez estuvieron en mis dominios y veo que no falta una palabra en mi libro, y comprueba el trabajo tan acucioso, tan riguroso, tan puntilloso que realicé,, todo lo cual me lleva a una conclusión inequívoca en lo que a este negocio respecta. Hay que contar conmigo. Qué bueno soy, caballeros.




Una de las imágenes distribuidas por las agencias del material recopilado por el personal de Boston. Mi texto, a continuación es el que se corresponde con esta página. El lector que quiera tener la versión completa de este precioso documento puede agenciarse un ejemplar de mi libro o sacar el ticket de avión. Yo comienzo con una nota para establecer la situación. Más adelante, llego a lo escrito por Hemingway en la página 8 de sus apuntes.

En septiembre de 1950 un ciclón cruzó por La Habana y Hemingway se encontraba en la finca. Las notas que dejó en su libreta demuestran, primero, que había asimilado los frecuentes y violentos cambios de presión en la isla, y, segundo, que había aprendido que el mejor modo de pasar un ciclón es teniendo el oído atento a un radio de batería y las manos ocupadas con una botella de ron y un martillo, para clavetear un poco las puertas y ventanas. El documento es precioso. Las notas de Hemingway aparecieron entre sus papeles y están escritas en un bloc de tamaño de bolsillo que tiene en el lomo la siguiente inscripción impresa: BLOCK PARA CALCULOS No. 4036 ½. Hemingway empieza sus notas por la fecha y datos técnicos. Es evidente que apenas ha descorchado la primera botella, aunque no va a tardar mucho en coger vapor. La fecha, con la inconfundible caligrafía de Hemingway: «September I». Los primeros datos: «0900 Temp 76 F». Debajo: «Viento ESE Fuerza 5». Y el resultado de su primera observación: «Cielo nublado hacia el E. Al S. altos cirros con algunos aglomeraciones al N».

Hay testigos de cómo Hemingway, al mando de Finca Vigía, «capeaba» estas tormentas. El médico José Luis Herrera Sotolongo no recuerda todos los ciclones a los que se enfrentó en aquella colina, aunque afirma que el comportamiento de Hemingway debió ser «por el estilo» casi siempre. «Estas cosas entusiasmaban mucho a Ernesto. Cuando se enteraba que venía un ciclón enseguida el rostro se le iluminaba. Si yo estaba a mano me exigía que me quedara para "organizar juntos la defensa"». Desde luego, cuando el ciclón pasaba, mientras afuera se hacía el recuento de los estragos, en Finca Vigía Hemingway mostraba estragos de otro tipo. «¡Ese Ernesto! La casa llena de víveres, y él empeñarse en pasar el ciclón sin alimentos, solo con alcohol. A veces se ponía majadero y decía que la cosa era sin ropa. Desde luego nos quedábamos en short o bermuda. Lo de la ropa era por si había que salir afuera y uno se empapaba. Salir afuera para arreglar algo que el viento o la lluvia hubiera tumbado. De cualquier forma, él, con la botella en la mano, se ponía a dirigir la operación anticiclónica, reunido con dos o tres amigos en la sala de la casa. Parecía un capitán de nave en medio de una tormenta».

Parecía un capitán realmente, y este texto, humorístico a ratos, sugiere exactamente eso: el cuaderno de bitácora del capitán de un buque de guerra, que se refiere a «enemigos», «capacidad de destrucción» y utiliza otros términos semejantes.

«Presión barométrica 29,45 (no corregida por el nivel del mar)». A partir de esta anotación sus comentarios comienzan a hacerse más nutridos y son el resultado de sus observaciones y de la escucha del radio Zenith de baterías. El Centro de Huracanes de Miami informa —y Hemingway anota— que el huracán debe encontrarse a 24 millas al oeste de Guadalupe, con vientos de 140 MPH en su centro, y un curso oestenoroeste. El final del párrafo: «Otro reporta rumbo O. Avanza a 10 MPH. Distancia de Hab. con este rumbo 1400 M [aquí se refiere a millas geográficas, que eran las utilizadas en el Weather Report del Centro de Huracanes de Miami] a esta velocidad alcanzará Hab. en 140 horas a las 2300 31/8/50.»

Pasadas las primeras seis páginas del block, nos encontramos lo siguiente. (En cursivas la zona de anotaciones de Hemingway que se corresponde con el documento digitalizado).

0500

Boletín de Millás (hijo de la gran puta y capitán de corbata) [toda la frase en español en el original; incluido el uso de corbata en vez de corbeta] dice que el huracán está a 60 millas al S de Batabanó y puede entrar en la costa cubana entre Las Villas y Pinar del Río (el centro de la tormenta sobre Marianao). Presión barométrica 28.90 calma absoluta desde 0410 hasta 0500.

A las 0525 consigna un viento del sur de fuerza 4. A las 0530 Hemingway anota: «Millás anuncia que es imposible dar boletín durante horas de la noche». Hemingway arremete injustamente contra Millás. Los boletines del Observatorio Nacional eran emitidos siempre a las 6 am y 10 pm. Más adelante anota: «A las 0750 presión barométrica 29,20. Viento SSO Fuerza 7. La tormenta se va al mar. Estábamos en su borde E.» Hemingway está empleando una jerga típica de meteorólogos y pescadores cubanos: irse al mar. También se acostumbraba decir, cuando una tormenta salía de la isla, que «entró en el canal» o que «cruzó de tierra». A las 0850: «Presión barométrica 29,20 (no corregido por el nivel del mar ) Viento SSO Fuerza 5 y 6 en ráfagas. Firmado [en español] E. Hemingway General de Irregulares.»

Sigue la fórmula de los partes meteorológicos cubanos que, al final, decían: «Firmado: Millás, capitán de corbeta».