26 de septiembre de 1988. El general de brigada Patricio de la Guardia efectúa un recorrido de inspección en el complejo hidroeléctrico Mabubas, a la altura de Caxito, en la provincia de Bengo. Mabubas provee de electricidad y agua potable a Luanda, la capital angolana. Aquí Patricio tiene 14 combatientes de sus fuerzas del Ministerio del Interior para garantizar la protección del perímetro. Catorce cubanitos a cargo de la electricidad y el agua de la capital de un país. El resultado, cuando se haga el conteo final de la participación cubana en la guerra —antes de su retirada hacia la isla—, es que cumplieron su misión. Mabubas estuvo todo el tiempo firmemente bajo su control. “Guapos aquí, caballeros”, le dice Patricio a sus hombres. “Guapos aquí”. Después, había que dirigirse al municipio vecino de Bula Atumbas, donde se ha detectado actividad de la agrupación contrarrevolucionaria UNITA. Otra vez un puñado de internacionalistas cubanos. Pero el mensaje del general no es de resistencia sino de ofensiva. “Hay que meterles caña a estos cabrones”, dice. “El objetivo es quitarles presión a los flancos de Mabubas.”
Yo acompañé a Patricio en ese recorrido, y junto al Kalashnikov de paracaidista soviético llevaba mi cámara de video Sony-8. Ahora puedo recrear aquellos días y ver al Patrick con sus arreos de combate y el puñal en la sobaquera y el despliegue de su cultura táctica mientras habla con sus oficiales, inspecciona los mapas de pared y toma decisiones. También tengo los apuntes de sus agendas angolanas. Así dejó escrito —la noche anterior— la tarea a cumplir: Salida para Caxito. Apreciar sit. en Bula Tumba. El “sit” es situación operativa. Bula Tumba tiene un error; el nombre correcto es Bula Atumba.
Y tales los materiales que reviso a la espera del próximo 12 de junio, el día que Patricio extingue una condena de 30 años. Los acabo de rescatar de una caja de seguridad, donde los guardo.
Yo sé todo lo que va a pasar con Patricio, más no quiero darle incentivo a la maldad. No voy a hablar siquiera de crimen ni de injusticia. Me mantengo por lo pronto en mis sesiones reservadas de video y en volver a transitar una historia —y qué historia. Una a la que los cubanos nunca más tendrán acceso.
Capturas de video: Copyright © Norberto Fuentes 1988, 2019.